sábado, 8 de noviembre de 2014

Origen de Halloween


Origen de Halloween



Hace aproximadamente 2.500 años, el pueblo galo era el más rico y numeroso de los pueblos celtas. Su repercusión era tal, que griegos y romanos llamaban a los celtas, galos. En esa época, el año galo terminaba a finales de verano (lo que actualmente es el 31 de octubre). Ese día se devolvía el rebaño de los prados a los establos y se agradecía al sol la cosecha que les había proporcionado, ya que era una ayuda para combatir las tinieblas y el frío venideros.

Además, los galos pensaban que ese último día del año los espíritus podían visitarles brevemente, mientras que el Dios de la muerte estaba ocupado intentando reunir a las almas de los que habían muerto durante ese año, para revelarles su suerte.

El paso del 31 de octubre al 1 de noviembre es el comienzo del Samhain y durante esa primera noche del nuevo año, los celtas realizaban una ceremonia para asegurarse un excelente año venidero lleno de bienes, mediante ofrendas y rituales.

Estamos ante una de las fiestas más importante de las fiestas celtas: el Samhain. Esa noche, la carne de cerdo tradicional era reemplazada por dos toros blancos atados por los cuernos y sacrificados tras la cosecha del muérdago. En el festín participaba todo el pueblo. El toro lo acompañaban de cerveza, hidromiel, vino,... La fiesta no se limitaba a esa noche, sino que duraba entre una semana y quince días. En ella, los celtas se disfrazaban con trajes terroríficos, para asustar a los malos espíritus.

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